martes, 4 de abril de 2017

BENJI Y EL NABO

BENJI Y EL NABO
(Adaptación de un cuento popular eslavo)

Había una vez un niño llamado Benji, y Benji quería, más que ninguna otra cosa, tener un farolillo hecho con un nabo para el festival del invierno. Por eso Benji fue al jardín y sembró una semilla de nabo y le dijo:

Semilla, semillita, crece para mí, crece todo lo grande que puedas llegar a ser,
para que, cuando llegue el festival de invierno, contigo me pueda hacer
el farolillo más brillante y hermoso que se pueda ver,
y que, con una vela dentro, alumbre el anochecer.

El sol brillaba y la luna regaba la pequeña semilla y el nabo empezó a crecer. Creció y creció y creció, hasta que se convirtió en el nabo más grande, más redondo y más jugoso que nadie había visto jamás. Por fin Benji decidió que ya era hora de sacar el nabo de la tierra. Fue al jardín y empezó a tirar de las hojas... y tiró... y tiró... ¡Pero el nabo no se movió lo más mínimo!
En ese momento apareció en el jardín la Madre. "¿Qué estás haciendo, Benji?"

"Estoy intentando sacar este nabo.
¡Madre, Madre, ayúdame a tirar!"

Así que la Madre tiró de Benji y Benji tiró del nabo. Y tiraron y tiraron y tiraron... ¡Pero el nabo no se movió lo más mínimo! Justo entonces apareció en el jardín el Abuelo. "¿Qué estás haciendo, Benji?"

"Estoy intentando sacar este nabo.
¡Abuelo, Abuelo, ayúdame a tirar!

Así que el Abuelo tiró de la Madre, la Madre tiró de Benji y Benji tiró del nabo. Y tiraron y tiraron y tiraron... ¡Pero el nabo no se movió lo más mínimo! Justo entonces apareció el Conejito. "¿Qué estás haciendo, Benji?"

"Estoy intentando sacar este nabo.
¡Conejito, Conejito, ayúdame a tirar!

Así que el Conejito tiró del Abuelo, el Abuelo tiró de la Madre, la Madre tiró de Benji y Benji tiró del nabo. Y tiraron y tiraron y tiraron... ¡Pero el nabo no se movió lo más mínimo! Justo entonces apareció el Ratoncito. "¿Qué estás haciendo, Benji?"

"Estoy intentando sacar este nabo.
¡Ratoncito, Ratoncito, ayúdame a tirar!

Así que el Ratoncito tiró del Conejito, el Conejito tiró del Abuelo, el Abuelo tiró de la Madre, la Madre tiró de Benji y Benji tiró del nabo. Y tiraron y tiraron y tiraron... ¡Pero el nabo no se movió lo más mínimo! Justo entonces apareció la Oruga. "¿Qué estás haciendo, Benji?"

"Estoy intentando sacar este nabo.
¡Oruga, Oruga, ayúdame a tirar!

"Pero ¿no sabes cuál es la forma correcta de sacar un nabo de la tierra? ¿Has preguntado al Gnomo de las Raíces si lo puedes sacar?"
Bueno, la verdad es que a Benji no se le había ocurrido preguntar al Gnomo de las Raíces. Así que se inclinó, y, acercándose al suelo, dijo:

"Gnomo, Gnomo, buen Gnomo de las Raíces,
¿puedo llevarme el nabo a casa?, ¿qué me dices?
Para que cuando llegue el festival de invierno, con él me pueda hacer
el farolillo más brillante y hermoso que se pueda ver,
y que, con una vela dentro, alumbre el anochecer..."

Entonces, de pronto, de la tierra junto al nabo salió el más diminuto hombrecillo. "¡Dios misericordioso, Benji! ¿Por qué no lo has dicho antes? Todo este tiempo he estado tirando y tirando y tirando... hacia abajo, cuando en realidad no hay nada que, a un Gnomo de las Raíces, le guste más que una vela puesta en el interior de un farolillo.
Ahora que me has preguntado, tira otra vez". Y saltó, y de cabeza se introdujo en el suelo, y desapareció.
Así que la Oruga tiró del Ratoncito, el Ratoncito tiró del Conejito, el Conejito tiró del Abuelo, el Abuelo tiró de la Madre, la Madre tiró de Benji y Benji tiró del nabo. ¡Y tiraron y tiraron y tiraron! Entonces, de pronto, el Ratoncito se quedó sentado, ¡bang!, encima de la Oruga. Y el Conejito se quedó sentado, ¡bang!, encima del Ratoncito. Y el Abuelo se quedó sentado, ¡bang!, encima del Conejito. Y la Madre se quedó sentada, ¡bang!, encima del Abuelo. Y Benji se quedó sentado, ¡bang!, encima de la Madre. Y Benji tenía en sus manos el nabo más grande, más redondo y más jugoso que nadie había visto jamás.
Entonces Benji se puso de pie y dijo: "Lo siento, Madre". Y Madre se levantó y dijo: "Lo siento, Abuelo". Y el Abuelo se levantó y dijo: "Lo siento, Conejito". Y el Conejito se levantó y dijo: "Lo siento, Ratoncito". Y el Ratoncito se levantó y dijo: "Lo siento, Oruguita". La Oruguita estaba un poco aplastada, pero, afortunadamente, nadie había resultado herido y todos se rieron mucho. Luego Benji llevó el nabo a casa y preparó el más hermoso farolillo.  
Y después ayudó a su Madre a preparar sopa de nabo con lo que había sobrado.

(Benjie and the Turnip)

No hay comentarios:

Publicar un comentario