miércoles, 5 de abril de 2017

LOS TRES CABRITILLOS

LOS TRES CABRITILLOS
(Cuento popular escandinavo)

Érase una vez tres cabritillos, los tres machos y hermanos, que se llamaban Broncos. El primer cabritillo tenía una barbita pequeña y unos cuernos pequeños. El segundo tenía una barba mediana y unos cuernos medianos. El tercero tenía una gran barba y unos cuernos enormes.
Un día que los pastos escaseaban en el valle donde vivían, decidieron ir al monte a comer la suave hierba verde de las montañas. Pero para ello tenían que pasar bajo un puente, y bajo aquel puente vivía un troll. Aquel troll tenía unos ojos como platos y una nariz larga como el mango de un rastrillo, y a aquel troll no le gustaba que nadie pasara por allí. El primer cabritillo en pasar fue el primero que hemos dicho, el hermano menor de los tres.

Trip-trap, trip-trap, oigo pasos sobre el puente.

Me temo que hay alguien y no quiero ver gente.
¿Quién es el que se atreve a cruzarlo y no me teme?

"Soy yo, el pequeño cabritillo Bronco, y voy camino de las montañas para comer suave hierba verde".
"¡Subiré y te atraparé!", rugió el troll y asomó su enorme nariz por el otro lado del puente.
"¡Por favor, no me comas, estoy muy flaco, se me notan los huesos a través de la piel! Espera a que venga mi hermano mayor, él será mejor comida para ti".
"Muy bien", dijo el troll avaricioso y se escondió en su casa debajo del puente. Y el cabritillo pequeño siguió su camino, trip-trap, trip-trap, hacia las montañas para comer la suave hierba verde.
El siguiente en pasar fue el mediano.

Trot-trot, trot-trot, oigo pasos sobre el puente.
Me temo que hay alguien y no quiero ver gente.
¿Quién es el que se atreve a cruzarlo y no me teme?

"Soy yo, el mediano cabritillo Bronco, y voy camino de las montañas para comer suave hierba verde".
"¡Subiré y te atraparé!", rugió el troll y asomó su enorme nariz por el otro lado del puente.
"¡Por favor, no me comas, estoy muy flaco, se me notan los huesos a través de la piel! Espera a que venga mi hermano mayor, él será mejor comida para ti".
"Muy bien", dijo el troll avaricioso y se escondió en su casa debajo del puente. Y el cabritillo mediano siguió su camino, trot-trot, trot-trot, hacia las montañas para comer la suave hierba verde.
El siguiente fue el gran cabritillo Bronco.

Tramp-tramp, tramp-tramp, oigo pasos sobre el puente.

Me temo que hay alguien y no quiero ver gente.
¿Quién es el que se atreve a cruzarlo y no me teme?

"Soy yo, el gran cabritillo Bronco, y voy camino de las montañas para comer suave hierba verde".
"¡Subiré y te atraparé!", rugió el troll y asomó su enorme nariz por el otro lado del puente.
"¡Muy bien, sube! ¡Te estaba esperando!" dijo el gran cabritillo Bronco.
El troll subió al puente. Y entonces, con un gran topetazo de sus fuertes cuernos, el gran cabritillo lanzó al troll desde el puente hasta el fondo de las aguas del río, que es donde los trolls deben estar para que nadie les vuelva a ver nunca.
Y el gran cabritillo Bronco siguió su camino, tramp-tramp, tramp-tramp, hacia las montañas para comer la suave hierba verde.
Y, ¿sabéis qué?, los tres cabritillos se dieron un banquete de suave hierba verde y fresca.
Y, si no se han ido, allí deben de haber seguido.

(The Three Billy-Goats)

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